miércoles, 7 de abril de 2010

SERMÓN DOMINICAL: ¿Qué Iglesia Debemos Ser? ¡Una que contribuya a que Dios reine, restaure y edifique!



Iglesia Cristo en Casa
Gabriel y Fabiola Gil, Pastores


¿Qué Iglesia debemos Ser? 
¡Una que Contribuya a que Dios Reine, Restaure y Edifique!
Por Gabriel Gil Arancibia, Pastor Principal (Lic. en teología, Profesor, Escritor y Conferencista)


Introducción.
Antes de responder a la pregunta ¿qué iglesia debemos ser?, debemos responder a una cuestión básica: ¿Somos una iglesia? Alguien del público podría pensar que somos un grupo de gentes reunidos para estudiar la Biblia, otros podrían afirmar que esto sólo es un club social, otros en cambio pensaban que este grupo de personas pertenecía a una iglesia madre, tal vez algunos piensen que somos sólo células, o quizás entre ustedes hay quienes piensan que somos un grupo de gente bien intencionada. La respuesta para todos los aquí presentes es: SOMOS UNA IGLESIA y nuestro nombre es CRISTO EN CASA.

Pero… ¿Qué o quién da derecho a una congregación a llamarse iglesia? ¿Lo es acaso la cantidad de personas que se reúnen? La respuesta es NO; ¿Lo es el templo o edificio donde se reúnen las personas? La respuesta es NO; ¿Es quizás la frecuencia con la que las personas se reúnen, es decir todas las semanas, cada tres días o todos los días? La respuesta es NO.

Una iglesia es iglesia no por la cantidad de personas que asistan a ella, no lo es por el edificio que usa por templo, tampoco es iglesia por las muchas veces que se reúne su gente durante el mes o durante la semana. Una iglesia es iglesia cuando cumple con el evangelio que le ha sido encomendado, ¿Cuántos dicen amén?
Pero… ¿Qué significa evangelio y cuáles son sus implicancias? Responderé en síntesis pues ya hemos enseñado esto en sermones anteriores y también en las casas: “El EVANGELIO es el mensaje de salvación que produce una transformación total en la persona que lo escucha e impacta positivamente a quienes la rodean”.
Cuando una iglesia pone énfasis en otras cosas que no sean el Evangelio, cuando una iglesia se despreocupa del crecimiento integral y transformacional de sus feligreses y cuando una iglesia tiene múltiples actividades pero no impacta con su testimonio de vida a la sociedad donde está inmersa, esa iglesia ya no es iglesia. Una iglesia es aquella donde el Evangelio es predicado y vivido intensamente por sus miembros.

¿Será que nosotros como CRISTO EN CASA estamos cumpliendo con el Evangelio? ¿Será que nosotros podemos considerarnos una iglesia? Las preguntas planteadas son incisivas y hasta algo complicadas, pero me atrevo a responder con toda la humildad que el momento amerita: ¡SÍ, SOMOS UNA IGLESIA! Aún no somos perfectos, hay cosas que mejorar, pero le tengo una buena noticia, ¡esta iglesia va camino a la excelencia! ¿Cuántos se alegran por esto? Usted está en el lugar correcto, usted está en una iglesia que el Señor mismo moldea con sus manos, usted está en una iglesia compuesta por personas llenas de faltas, pero que anhelan ser transformadas por el poder del Evangelio, ¿amén?
De hecho, la declaración de Misión de nuestra iglesia plantea lo que en realidad somos ¿Sabe usted cuál es nuestro propósito como congregación? ¿Sabe usted nuestra razón de ser? ¿Quiere saber cuál es nuestra misión como iglesia CRISTO EN CASA? Lea conmigo nuestra misión:

Somos una iglesia que proclama, sirve y acompaña a hombres, mujeres y niños en un proceso de transformación integral que solo Jesucristo puede hacer. Nos reunimos en casas de seguidores donde estudiamos la Palabra de Dios y nos comprometemos a ponerla en práctica.

Cuerpo o Contenido.
Ahora vamos al texto bíblico que guiará este sermón. Leamos en Mateo 11:2-5.
Juan el Bautista, que estaba en la cárcel, oyó hablar de todo lo que Jesús hacía y envió a algunos de sus propios discípulos para que le preguntaran a Jesús:
(v.2) Juan el Bautista, que estaba en la cárcel,
oyó hablar de todo lo que Jesús hacía y envió a algunos de sus propios discípulos para que le preguntaran a Jesús: (v.3)
¿Eres tú el Mesías que Dios prometió enviarnos, o debemos esperar a otro? (v.4) Jesús respondió: Regresen y cuéntenle a Juan todo lo que ustedes están oyendo y viendo:
(v.5) A los pobres se les anuncia la buena noticia de salvación.
Ahora los ciegos pueden ver y los cojos caminan bien. Los leprosos quedan sanos, y los sordos ya pueden oír. Los que estaban muertos han vuelto a la vida”.

Algunas verdades importantes de estos versículos son las que a continuación he investigado para ustedes, presten atención porque hoy descubriremos qué tipo de iglesia debemos ser.

1. Los judíos esperaban hace muchos siglos al Mesías prometido. Muchos falsos profetas se habían levantado y habían ilusionado al pueblo haciéndole creer que ellos eran los enviados por Dios. Sin embargo, los judíos se desilusionaban cada vez de estos falsos líderes.

2. Juan el Bautista fue enviado por Dios a “preparar el camino del Salvador, a anunciar el Reino, a proclamar la salvación para la humanidad”. Su misión también consistía en denunciar el pecado del pueblo. Así lo hizo, Juan denunció el pecado sexual del rey Herodes quien había tomado por mujer a su cuñada, estando vivo aún su hermano, por eso fue enviado a la cárcel (Ver Mateo 3:1-12; Marcos 6:14-29). Desde la cárcel Juan escuchó que Jesús de Nazaret parecía ser el Mesías prometido. Seguramente Juan se acordó de los falsos mesías del pasado, por eso, debía estar seguro si este Jesús era en verdad el que las Sagradas Escrituras habían anunciado (ver Isaías 42:1-4; 49:1-6; 50:4-9; 52:13-53:12). De ahí que manda a dos de sus discípulos a preguntar abiertamente… “¿Eres tú el Mesías que Dios prometió enviarnos, o debemos esperar a otro?” (Mateo 11:3).

3. La respuesta de Jesús no es directa, sino, espera a que Juan saque sus propias conclusiones. Jesús le envía a Juan una respuesta en dos partes: La primera parte de la respuesta es… “Regresen y cuéntenle a Juan todo lo que ustedes están oyendo y viendo” (Mateo 11:4). En otras palabras, Jesús les dice a los discípulos de Juan: Ustedes han visto lo que he hecho, mis acciones valen más que mis palabras. La segunda parte de la respuesta tiene por objeto acentuar la primera; es decir, Jesús quería que Juan contara con toda la información para que éste quedara satisfecho. Por eso resume su trabajo en la siguiente línea… “A los pobres se les anuncia la buena noticia de la salvación” (Mateo 11:5), o en otras palabras “a los necesitados se les predica el Evangelio”. La palabra pobre aquí no se refiere exclusivamente a las personas carentes de recursos económicos o posesiones materiales; sino, hace alusión a todas aquellas que humildemente reconocen su falta de Dios.

4. Pero, ¿en qué consiste este mensaje de salvación o evangelio al que se refiere Jesús? Cristo lo dijo: “Los ciegos pueden ver y los cojos caminan bien. Los leprosos quedan sanos, y los sordos ya pueden oír. Los que estaban muertos han vuelto a la vida”. Todo esto lo podemos resumir en dos palabras: RESTAURACIÓN y EDIFICACIÓN. Es decir, cuando el evangelio es asimilado por quien lo escucha, éste comienza a ver en su persona, su matrimonio, su familia, su trabajo, sus estudios, en fin todo lo que lo rodea una transformación total, una sanidad de cuerpo, mente, alma y espíritu. El evangelio sana, purifica, renueva, restaura, edifica, ¿Amén? Cuando esto ocurre, cuando el evangelio comienza a transformar la vida de la persona entonces y sólo entonces Dios comienza a REINAR en esa persona. Cuando Dios reina, todo marcha bien; cuando Dios gobierna nuestro corazón, mente y cuerpo, podemos afirmar que hemos sido restaurados y edificados por Él. En resumen, “el evangelio restaura y edifica a las personas, cuando esto sucede Dios reina en esa persona”.

Conclusión.
Como Iglesia CRISTO EN CASA, debemos ser aquella que contribuya a que Dios reine, restaure y edifique a las personas. ¿Cómo lograremos esto? ¿Cómo lograremos matrimonios restaurados, vidas edificadas, relaciones rotas reestablecidas, negocios y finanzas bendecidas, estudios universitarios exitosos, hombres, mujeres, niños y ancianos felices? Predicando y viviendo el evangelio que Cristo vino a enseñarnos.

Entonces, ¿Qué iglesia debemos ser? Una iglesia bíblica, una iglesia cristiana, una iglesia cuyo único propósito sea contribuir a que Dios reine, restaure y edifique. Si hacemos esto podemos considerarnos IGLESIA, ¿Amén?

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