jueves, 15 de julio de 2010

ARTÍCULOS DE INTERÉS: EL BLUES DE LA NAVIDAD - Depresión de fin de año

EL BLUES DE LA NAVIDAD - La depresión de fin de año
Por Gabriel Gil Arancibia, Mtr. en Teología. Profesor, escritor y conferencista


Existen muchas personas, aún las más equilibradas emocionalmente, que experimentan el llamado “blues de Navidad” o depresión navideña. Se trata de un bajón en el estado de ánimo acompañado de cierta nostalgia. ¿Qué nos ocurre en las fechas de navidad y fin de año?. Entre compras, regalos y reuniones sociales, ocultamos tristezas y melancolías propias de la época. El Dr. José Miguel Fortín Magaña, siquiatra y terapeuta dice que estos sentimientos son normales: “Se da una regresión a la infancia, a la luz de elementos como el árbol, las luces, los regalos y la figura de Santa Claus, siendo propensos a experimentar sensaciones que tuvimos de niños como alegría y magia, que se matizan, como adultos, con un poco de soledad, provocando nostalgia”, afirma el especialista.

El 24 y 25 de diciembre para muchos es el recuerdo de navidades pasadas, recuerdan cuando eran niños, un ser querido fallecido cuya ausencia se acentúa, familiares que viven en el extranjero, rupturas sentimentales o simplemente épocas pasadas donde han sido felices. El común denominador es la ausencia o la pérdida. El Dr. Fortín nos explica que “existe un cordón entre el pasado y el presente que puede ser muy doloroso al recordar eventos difíciles —no resueltos— que causan tristeza, melancolía y, en su grado extremo, depresión”.

Ahora bien, hay que diferenciar entre la característica tristeza o nostalgia que sentimos en estos días de la depresión que algunos pueden llegar a desarrollar, ya que hablamos de dos cosas distintas. Ante esto debemos preguntarnos, ¿qué es la depresión? La depresión es una enfermedad psicológica en la que prevalece un estado de ánimo con ciertas características que duran, como mínimo, dos semanas y que tienen que ver con la motivación que lo causa. Implica sentimientos de inapetencia, insomnio, desgano, pérdida de motivación, energía, deseos de llorar, tristeza, etc. Para que haya un episodio depresivo, deben existir al menos dos semanas de ese sentimiento con los síntomas descritos y no estar condicionada por una enfermedad médica.

El terapeuta sostiene que las causas que propician la tristeza navideña y la depresión deben diferenciarse. La primera se da por los elementos propios del ambiente y la depresión puede manifestarse por dicho ambiente o traer un curso anterior e intensificarse en estos días. Todos sentimos, en algún grado, nostalgia en Navidad; lo que no es normal es que esa tristeza tome otras dimensiones, prevalezca más tiempo, interfiera en las actividades diarias y en el dormir y comer, ya que estamos hablando de una depresión. ¿Qué se debe hacer? Lo más correcto en estos casos de depresión es buscar ayuda especializada.

Sin embargo, cuando la persona no cuenta con los recursos financieros para una consulta profesional se deprime aún más. Ante esto el psicólogo español Ángel Marín Tejero  nos dice: “No hay una receta mágica para combatir la depresión, pues además de los condicionamientos de nuestra biología, todos estamos sujetos al devenir de los acontecimientos, y cuanto más cercanos más nos afectan; de nuestra satisfacción en relación a ellos dependerá nuestro estado de ánimo. Lo que sí podemos hacer es cultivar un estilo de vida que nos ayude a no caer en la tentación del desánimo”. Marín sostiene que si podemos incorporar en nuestra manera de ser las siguientes actitudes, nos ira mejor:

- En primer lugar, una visión amplia de lo que nos sucede, asumiendo los aspectos positivos y negativos, tratando siempre de mejorarlos. 

- En segundo lugar, integración en el entorno, cuidando las relaciones familiares y sociales. 

- En tercer lugar, asumir que parte de nuestro tiempo es necesario emplearlo en obligaciones que no deseamos, y tratar de usar más tiempo de forma satisfactoria. 

- En cuarto lugar, permitirse expresar sentimientos y deseos. Las consecuencias no suelen ser tan catastróficas como se suelen anticipar. 

- En quinto lugar, tratar de tener una sexualidad satisfactoria. 

- En sexto lugar, no ser monotemático, diversificar las actividades e intereses.

- En séptimo lugar, aceptar que podemos cometer errores y perdonárnoslos. 

- En octavo lugar, mantener viva la curiosidad y el espíritu de superación. 

- En noveno lugar, conocerse uno mismo en sus limitaciones y potencialidades. 

- Y en décimo lugar, procurarse el descanso necesario.

Las recomendaciones que nos da el psicólogo español están bien para quienes sufren de una constante depresión, pero ¿qué hacemos con la tristeza que nos embarga en navidad? La psicóloga clínica, Vicente Sanz Herrera nos da unos buenos consejos:

“Haz que los recuerdos de los fallecidos se conviertan en algo agradable. Hecha mano de los tuyos para superar los malos momentos, hablar y expresar tus sentimientos te ayudarán a sentirte mejor. Recuerda que muchas familias tienen problemas que resolver y que no eres el único, intenta aceptar tu realidad y aprovechar las fiestas para desconectar un poco del día a día. Aprovecha los momentos bajos para estar contigo mismo y relajarte, si lo consigues saldrás con energías renovadas. No te dejes llevar por la publicidad. Busca tu propia felicidad, no tiene porqué ser igual que la de los anuncios. Disfruta estando con los tuyos y teniendo vivencias positivas, no te compares, saldrás perdiendo en la mayoría de los casos, no olvides que la publicidad está exagerada para incitarnos al consumo, sería muy difícil estar a la altura. Busca tu propio nivel y disfruta de él”, afirmó Sanz.

En fin, el “blues de la navidad” o depresión navideña es más común de lo que pensamos y debemos estar preparados para enfrentarla. Los consejos que los profesionales nos han dado deben ser observados y practicados para así mejorar nuestro estado de ánimo por estos días. Sin embargo, no podemos descuidar un área importante en nuestras vidas: Nuestra espiritualidad.

Recordemos que la Navidad es un acontecimiento espiritual que busca acercar al ser humano con Dios, una fecha que nos recuerda que no somos materia solamente, también somos espíritu. Busquemos con un corazón sincero a Dios y hagamos de Él nuestro compañero del alma, de seguro que la tristeza o nostalgia menguará y veremos la Navidad con ojos diferentes.

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