miércoles, 14 de julio de 2010

REFLEXIONES SEMANALES: ¿CONOCES AL VERDADERO JESÚS?


El nombre de Cristo genera hasta la actualidad conflictos, rechazos, incredulidades, preguntas, queremos en el plano humano, físico, explicar su obra, sus logros, su ejemplo y su impacto en el plan que Dios tiene para reconciliarnos con él; de ninguna manera lo podremos explicar hasta que por fe encontremos la respuesta de su obra y nos decidamos a seguirlo, esa decisión generará cambios en nuestras vidas, que nos garantizan recompensas en el cielo y también en este mundo, busquémoslo, las recompensas son enormes.

Saludos y bendiciones

José Luis
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¿Conoces al verdadero Jesús? 

Mateo 1:18-25
“El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Y despertando José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió a su mujer. Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús.”


La gente tiene muchas ideas diferentes acerca de quién es Jesús, pero realmente no son muchos los que realmente le conocen. Como cristianos, tenemos muy buenas razones para creer que Jesús no fue un simple profeta o un carismático predicador, como algunos dicen. Jesús es el Salvador prometido por Dios porque en él se cumplieron cientos de profecías del Antiguo Testamento. Siglos antes de que Jesucristo naciera, el profeta Isaías anunció su nacimiento virginal: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7:14). Del cumplimiento de esta profecía nos habla el pasaje de hoy. 


El profeta Miqueas reveló el lugar exacto donde él nacería: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel.” (Miqueas 5:2). Pasaron varios siglos, y el ángel del Señor proclamó a los pastores: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.” (Lucas 2:10-11). Ciertamente no fue este un bebé común y corriente. Su extraordinario nacimiento y el cumplimiento de las profecías muestran de manera incuestionable que Jesús es el único y verdadero Hijo de Dios y nuestro prometido Salvador. 


Vemos también en Ezequiel 34 que Jehová Dios muestra su descontento con la forma en que los pastores cuidaban de sus ovejas, y por medio del profeta declara que él mismo vendrá a buscarlas, y las reconocerá, y cuidará de ellas, y las apacentará. Siglos más tarde, Jesús declaró: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos.” (Juan 10:27-30). Durante su vida en este mundo, Jesús obedeció siempre la voluntad del Padre perfectamente, pero su perfección no está determinada por su perfecta obediencia, sino porque él es Dios. 


Dondequiera que Jesús fue, predicó la verdad, sanó los enfermos, y enseñó acerca del reino de Dios. Siempre mostró a todos su amor y consoló a los que sufrían, y hasta levantó a algunos de los muertos. Sin embargo, cuando meditamos en el ministerio de Cristo y en todas las cosas que él hizo, el más importante de todos sus logros fue reconciliarnos con el Padre y darnos la vida eterna a través de su muerte en la cruz. Jesús vino al mundo con el fin de darse a sí mismo, para revelarnos al Padre de manera que nosotros pudiésemos tener una relación personal con él. 


Tu futuro eterno depende de lo que tú creas acerca de Jesús. Piensa por un momento: A través de aquel nacimiento milagroso en Belén, vino el Mesías que proveyó el medio para que tú puedas pasar la eternidad en el cielo junto al Padre. El es más maravilloso de lo que podríamos describir con simples palabras. El es la promesa de Dios para nosotros, y cuando creemos en él, viene a morar en nosotros para siempre, y nos da vida eterna. ¿De verdad conoces tú al verdadero Jesús?


ORACION: Padre santo, gracias por tu precioso plan de salvación, que comenzó con el nacimiento de Jesús y terminó con su muerte y su resurrección. Capacítame para conocer íntimamente a tu Hijo amado y así poder disfrutar plenamente de tus bendiciones. En el nombre de Cristo Jesús, Amén.



Fuente: http://www.diostehabla.com/diaria.php

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