lunes, 5 de julio de 2010

REFLEXIONES SEMANALES: ¿CUÁN BUENA ES TU PREPARACIÓN ESPIRITUAL?


Como toda actividad humana, el crecimiento espiritual supone también esfuerzo y planificación de nuestra parte, el texto de hoy nos lleva a reflexionar sobre ese hecho. No podemos esperar en esta área a que se “dañe” algo para poderlo reparar, algunas veces Dios en su misericordia usa esos desperfectos para poder salvarnos, corregirnos y cambiarnos; pero la mayoría de las veces, nos puede asaltar un desperfecto grave (muerte) y no podremos hacer absolutamente nada sino enfrentar el juicio, la pregunta es, estamos preparados para ello?.

Saludos y bendiciones

José Luis
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¿Cuán buena es tu Preparación Espiritual? 

Mateo 25:1-12
“Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.”


Hay un viejo refrán que dice: “Una onza de prevención vale más que una libra de curación”. Otro dice: "Vale más precaver que tener que lamentar". Quizás en teoría todos estemos de acuerdo con esto, pero muchas veces fallamos al ponerlo en práctica en nuestras vidas. ¿Qué tal cuidas de tu automóvil? ¿Le revisas con regularidad el líquido de frenos, de la transmisión, el agua del radiador, el aceite del motor? ¿O esperas a que se encienda una luz que te avise que el nivel de uno de ellos está muy bajo y que debes completarlo rápidamente? El mantenimiento preventivo es muy importante en la mecánica del auto y por regla general evita que sucedan problemas graves. Lo mismo podemos decir acerca de nuestra salud física. Un examen general cada cierto tiempo puede indicarnos si algo no está del todo bien en nuestro organismo, y cuando el problema se atiende a tiempo los resultados son, generalmente, muy buenos. Ser precavidos siempre trae buenas consecuencias. Y cuando se trata de nuestra vida espiritual, esto tiene mucho más valor. 


El pasaje de hoy nos narra una parábola acerca de diez vírgenes que esperaban por el esposo para la celebración de las bodas. Cinco de ellas estaban preparadas con suficiente aceite en sus lámparas, mientras que las otras cinco no tenían suficiente aceite. A las primeras, la Biblia les llama “prudentes”, a las otras les llama “insensatas”. Las prudentes pudieron entrar a las bodas, mientras que las insensatas se quedaron fuera. Sin duda éstas experimentaron los resultados negativos de no aplicar en sus vidas el mantenimiento preventivo. 


Nos resulta fácil clamar cuando estamos en alguna emergencia. Las oraciones fluyen fácilmente desde dentro del vientre de la ballena. Así oró Jonás cuando estaba en esta situación: “Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.” (Jonás 2:7). Es bueno que te acuerdes de Dios cuando estás en apuros, pero mucho mejor es acordarte de él antes que llegue la prueba.


Si queremos tener la fuerza y el poder para resistir firmes en la fe las pruebas, las tentaciones, y los malos momentos que se presenten en nuestras vidas, debemos ser constantes en nuestra preparación espiritual. Dedica tiempo cada día a la lectura de la Biblia y la oración, y el Espíritu Santo te dará la fortaleza, la sabiduría y el poder que necesitas para vivir una vida de victoria, independientemente de las pruebas que se presenten.


ORACION: Padre santo, yo no quiero pagar las consecuencias de mi falta de prevención como las vírgenes insensatas. Ayúdame a prepararme, buscando en ti cada día la fuerza, el poder y la sabiduría para resistir toda prueba que se presente en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.



Fuente: http://www.diostehabla.com/diaria.php

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