miércoles, 18 de agosto de 2010

REFLEXIONES SEMANALES: ¿ESTÁS TRISTE? BUSCA EL GOZO DEL SEÑOR


El texto de hoy nos trae un reconfortante relato sobre lo que significa el gozo en nuestras vidas, meditemos en el texto propuesto y busquemos la manera de aplicarlo en forma práctica, creo que será maravilloso poder caminar por esta vida de una manera diferente.

Saludos y bendiciones
José Luis
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¿Estás triste? Busca el gozo del Señor 

1 Pedro 1:8, 9


"A quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas."


Quizás entendamos mejor esta otra traducción del griego: "Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en él sin verlo, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras, porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación." Esto es exactamente gozo: una alegría que no puede expresarse con palabras.


En el Nuevo Testamento la palabra griega que se traduce como gozo describe la felicidad que proviene de una fuente espiritual, como el Espíritu Santo, y no de circunstancias favorables que se desarrollen en nuestras vidas. El gozo puede existir en todas las circunstancias. En 1 Tesalonicenses 1:6, dice: "Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la Palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo." Los creyentes de la iglesia de Tesalónica estaban en medio de gran tribulación. Estaban sufriendo mucho, estaban pasando por una tremenda prueba, pero aún así pudieron sentir el gozo del Espíritu Santo. Aún en medio de la prueba estaban gozosos, pero ese gozo no era de ellos, sino que provenía del Espíritu Santo. 


También en el Antiguo Testamento se señala a Dios como la fuente de gozo. Nehemías 8:10 dice: "...no os entristezcáis, porque el gozo del Señor es vuestra fuerza." Ese gozo proviene del Señor. Y además, declara la Biblia, es nuestra fortaleza. El gozo del Espíritu Santo está íntimamente relacionado con la fortaleza espiritual, por el contrario la falta de gozo equivale a debilidad espiritual. Cuando estamos tristes, es señal de que estamos débiles espiritualmente y somos víctimas fáciles del enemigo, el cual quiere vernos destruidos. El gozo que proviene de Dios elimina la tristeza. Si estás triste, busca el gozo del Señor.


Jesús también en ocasiones sintió tristeza. En Getsemaní, a pocas horas de su muerte en la cruz, se sintió muy triste. Allí les dijo a sus discípulos: "Mi alma está muy triste, hasta la muerte..." (Mateo 26:38). Pero Jesús conocía la fuente de gozo y de fortaleza, y allí mismo se postró y clamó al Padre tres veces, sometiendo a él su voluntad, y Dios envió un ángel para fortalecerlo (Lucas 22:43). Poco después, Jesús se puso de pie, fortalecido y listo para enfrentarse a la terrible prueba. Entonces les dijo a sus discípulos: "He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores." (Mateo 26:45). Las circunstancias no cambiaron desde que Jesús declaró: "Mi alma está muy triste" hasta que se puso de pie. La voluntad del Padre era que él muriera en la cruz del Calvario y no hubo cambio alguno en su plan. Pero sin duda algo sucedió que eliminó esa tristeza y le dio la fortaleza que él necesitaba. La respuesta está en Hebreos 12:2: "... puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz..." Jesús pudo soportar la cruz porque sabía que después de la prueba le esperaba el gozo de estar de nuevo disfrutando junto a su Padre en el reino de los cielos. 


Aquel que pone sus ojos en Jesús, aquel que hace del Señor el foco de su vida, va caminando por este mundo reflejando paz y gozo constantemente, independientemente de las pruebas y sufrimientos que se atraviesen en su vida. No es la ausencia de pruebas y sufrimientos lo que diferencia al creyente del no creyente. Es la manera en que el creyente pasa a través de esas pruebas, cuando ha madurado al punto que su primer objetivo es imitar a Jesús en todo. Tenemos un ejemplo tremendo de Jesús en medio de su agonía en Getsemaní. Cuando estemos en medio de una prueba recordemos que él se postró y clamó al Padre y se rindió totalmente a Su voluntad. Entonces la tristeza se convirtió en gozo, y obtuvo la fortaleza para soportar la cruz. 


Cuando te sientas triste, arrodíllate y clama al Señor. Alábalo y ríndete a él. Inmediatamente sentirás una paz y un gozo inefable que vienen del Espíritu Santo.


ORACION: Padre santo, me postro delante de tu trono de gracia, trayendo ante ti mi tristeza y mi desaliento. Te pido que hagas tu voluntad en mi vida, aún en contra de mis deseos, para que tu nombre sea glorificado en mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.



Fuente: http://www.diostehabla.com/diaria.php

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