sábado, 15 de mayo de 2010

SERMÓN DOMINICAL: DIOS QUIERE HABLAR CONTIGO, ¿Y TÚ?

IGLESIA “CRISTO EN CASA”
Gabriel y Fabiola Gil, Pastores
http://cristoencasa.blogspot.com/

Domingo 16 de mayo del 2010

DIOS QUIERE HABLAR CONTIGO, ¿Y TÚ?
Por, Gabriel Gil Arancibia, Pastor Principal.
Licenciado en Teología. Profesor, escritor y conferencista


INTRODUCCIÓN.
Hace quince días leíamos en Lucas la parábola de la gran cena, donde aprendimos que “Dios quiere cenar con nosotros”, ¿se acuerda? En dicho sermón Dios nos decía que Él tiene la intención de pasar tiempo con nosotros, relacionarse con nosotros, bendecidnos con su presencia. Pero también aprendimos que el ser humano pone mil excusas rechazando la amorosa oferta de Dios.

Hoy, el título del sermón es DIOS QUIERE HABLAR CONTIGO, ¿Y TÚ? En este sermón veremos cómo Dios desde el principio de la humanidad ha buscado relacionarse con nosotros a través de una íntima comunión. También aprenderemos que existen herramientas espirituales que nos ayudan a profundizar esta relación.

Génesis 3:9 dice: “Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás?”. En este versículo se nos enseña que fue Dios quien buscó al hombre para restaurar la comunión después del pecado, fue Dios quien tomó la iniciativa de buscar a la humanidad perdida. Es Dios quien quiere hablar con nosotros, ¡es Él quien quiere que la comunión del paraíso perdido se reestablezca hoy!

Ahora bien, es cierto que los humanos pecaron y producto de ello hubo una separación entre el hombre y Dios; pero también es cierto que Dios quiere acercarse al ser humano, reestablecer la comunión.

Por mucho tiempo Dios intentó esta restauración, por medio de personajes importantes del Antiguo Testamento como Abraham, Moisés, David; algunos profetas como Elías, Eliseo, Isaías, Jeremías entre otros. Pero nada de esto funcionó, el ser humano seguía alejándose del Creador. Fue así que el Señor decidió enviar a su propio Hijo, para que Él reestableciera la comunión del paraíso (Juan 3:16).

La pregunta es, ¿lo logró? Y la respuesta es SÍ, COMPLETAMENTE. Cristo logró restaurar la comunión entre Dios y los hombres, Él se puso como un intermediario, un puente, un reconciliador entre ambas partes: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1ª Timoteo 2:5). Ahora depende del ser humano aceptar la invitación de Cristo para disfrutar la comunión con Dios (Juan 10:9-10).


CUERPO O CONTENIDO.
Pero, ¿Qué hacer para estar en comunión con Dios, relacionarme con Él, escuchar su voz y disfrutar su presencia?

Existen algunas disciplinas espirituales o herramientas que nos ayudarán a comunicarnos con Dios. Estas herramientas fueron ideadas por Dios para acercarnos a Él. Dios mismo nos prepara el camino que nos conduce a Él.

Debo señalar que estas herramientas ya casi no son predicadas o enseñadas en las iglesias, ¿por qué? Porque su ejercicio demanda sacrificio, esfuerzo, dedicación. Y la sociedad que vivimos hoy es una sociedad hedonista, es decir, que detesta el sacrificio, sólo ama el disfrute, el goce, lo superficial, lo estético. Algunos sociólogos afirman que la sociedad del siglo XXI es una sociedad narcizista, egocéntrica; y esto ha afectado también a la iglesia convirtiendo a muchas de nuestras congregaciones en feligresías ligth, ligeras, sin compromiso y sin contenido espiritual. Esto ha desembocado en cristianos débiles, sin valores ni principios, tolerantes al pecado y adictos a un evangelio fácil. Todo esto conlleva a un distanciamiento de Dios.

Las herramientas que presento hoy pertenecen a la “escuela antigua”; es decir, a aquellas generaciones de cristianos que las practicaban diariamente y así sus vidas, matrimonios, familias, empresas, estudios eran bendecidos por Dios.

1. LA ORACIÓN.
Si le pregunta a cualquier pastor experimentado, maestro de Biblia o predicador serio, le dirá que la oración es hablar con Dios, y que es fundamental en la vida de todo cristiano.

Cuando estudiamos la vida de nuestro Señor Jesús descubrimos que pasaba mucho tiempo orando (Marcos 1:35; Lucas 6:12; 11:1). En este último versículo notamos que los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. Es evidente que la oración era una de las fuentes de poder que fortalecían a Jesús, junto con el conocimiento de las Sagradas Escrituras y la plenitud del Espíritu Santo.

La Iglesia de Jerusalén también daba un lugar importante a la oración (Hechos 1:14; 2:42; 3:1; 4:23-31). El apóstol Pablo escribe también sobre la oración pues él consideraba esta disciplina espiritual una herramienta útil para la vida diaria (Romanos 1:9; Efesios 6:18-20; Filipenses 1:3; 4:6; Colosenses 1:3, 9).

Así entonces, la oración es una herramienta espiritual que nos sirve para hablarle a Dios.

2. LECTURA DE LA BIBLIA.
Con tristeza notamos cada vez más un desapego por leer, estudiar y aplicar la Biblia a la vida diaria.

En sus páginas encontramos innumerables versículos que nos motivan a leerla, nos hablan de sus beneficios y nos instruyen a obedecerla.

• Salmos 1:2, “Dios bendice a quienes aman su Palabra y alegres la estudian día y noche”.

• Salmos 119:105, “Tu Palabra es una lámpara que alumbra mi camino”.

• Josué 1:8, “Repite siempre lo que dice el libro de la Ley de Dios, y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito”.

• 2ª Timoteo 3:16, “Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir”.

Así entonces, la lectura, estudio y aplicación de la Biblia es una herramienta espiritual eficaz por la cual Dios nos habla y nos dice cómo vivir y cuál es su voluntad en las diferentes áreas de nuestra vida.

3. EL AYUNO.
Esta disciplina es quizás la menos entendida de las disciplinas espirituales. Sin embargo, por siglos las personas que han cultivado una espiritualidad sana la han practicado .

Pero, ¿qué es el ayuno, en qué consiste? La palabra ayuno significa literalmente “acto de abstenerse de ingerir alimentos durante un período específico de tiempo generalmente por razones terapeúticas o religiosas” .

Ahora bien, “la idea del ayuno aparece alrededor de 80 veces en la Biblia y tiene la idea de no comer. A veces es sin agua, pero usualmente es abstenerse de comer ”.

¿Para qué se ayuna? La Biblia nos enseña que la gente lo hacía por varios propósitos, entre los más comunes:

• En Señal de Arrepentimiento (El día de expiación: Lv. 16:29-31; Acab (1 Reyes 21:27); David (2 S. 12:16-23); Nínive (Jonás 3:5-10); Por el pecado de otros: Esdras 10:6);

• Para Humillarse ante Dios (Luto, 1 S. 20:34, 31:13, 2 S. 1:12, 3:35 y 1 Cr. 10:12; práctica Personal, David- Sal. 69:9-12; Darío- Dan. 6:18, Sal. 35:13, 102:4-5, 109:24).

• Pedir ayuda Divina en una Crisis Nacional (Samuel con Israel por la guerra con los filisteos, 1 Samuel 7:5-10.
Josafat con Judá por un ataque de varias naciones, 2 Crónicas 20:1-17.
Nehemías sobre la situación en Jerusalén, Nehemías 1:3-4.
Esdras con judíos volviendo a Jerusalén, pidiendo protección, Esdras 8:21-23. Daniel después de los 70 años de cautiverio, Daniel 9:1-3 y 10:2-3.
Ester y los judíos frente la amenaza de exterminación, Ester 4:3,16.
Joel convocando un ayuno nacional por el país, Joel 1:14, 2:12-18).

• Asuntos Espirituales Importantes (Buscar a Dios, Daniel 9:3, Hechos 9:9, 13:2. 
Pedirle a Dios por el futuro de grupos de cristianos, Hechos 14:23. 
Para recibir respuestas a nuestras oraciones, Isaías 58:3-4).

Así entonces, esta herramienta, nos permite someter el cuerpo al Espíritu y de esta manera sintonizarnos con Dios de forma más efectiva, profunda y amplia.

4. ESPERAR EN SILENCIO EN DIOS.
Esta herramienta pocas veces es practicada entre los cristianos. ¿La razón? Sencillo: Vivimos en un mundo convulsionado, apurado, lleno de compromisos y actividades donde “esperar” es sinónimo de retraso.

La gente de hoy no quiere esperar. Sólo basta observar a los automovilistas en un semáforo en rojo. Una vez enciende la luz verde tocan su bocina para apurar al que está enfrente .

Pero la Biblia nos dice todo lo contrario. La paciencia es una virtud que todo cristiano debe procurar ejercitar, sobre todo cuando acudimos a Dios en busca de respuestas. Es cierto que muchos de nosotros oramos a Dios, lo adoramos y le pedimos cosas, pero… ¿cuantos de nosotros dedicamos tiempo a esperar silenciosamente en la presencia de Dios?

• Salmos 31:24, “Todos ustedes,
 los que confían en Dios,
 ¡anímense y sean valientes!”.

• Hebreos 10:36, “Sean fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar cuando estén sufriendo, para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha prometido”.

• Salmos 40:1, “Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí y oyó mi clamor”.

• Salmos 42:5, “¡No hay razón
 para que me inquiete!
 ¡No hay razón
 para que me preocupe!
 ¡Espero en Dios mi salvador!
 ¡Sólo a él alabaré!”.

• Salmos 62:5, “Sólo Dios me da tranquilidad;
 sólo en Él espero”.

Esperar en Dios no significa tener una actitud pasiva o conformista sino todo lo contrario. Esta espera debe estar siempre impregnada de optimismo, fe, comunión con Dios, leyendo y creyendo la Palabra y confesando la voluntad de nuestro Padre para nuestras vidas. Pero sobre todo, guardar silencio. A veces hablamos demasiado y no dedicamos tiempo a callarnos, aquietar nuestro espíritu para así escuchar el corazón de Dios.

CONCLUSIÓN.
Hemos dicho que desde el inicio de la humanidad Dios ha querido restaurar la comunión perdida. Dios quiere que nos relacionemos con Él, y para esto nos ha ofrecido algunas herramientas espirituales: LA ORACIÓN, LA LECTURA DE LA BIBLIA, EL AYUNO, ESPERAR EN SILENCIO ANTE ÉL.

Pero, ¿cuáles son los beneficios de practicar estas disciplinas? ¿Qué obtengo como cristiano al ejercitar estas herramientas?

Beneficios de estar en Comunión con Dios.

1º Nuestra intimidad con Dios se acrecienta. Llegamos a conocerle mejor cuanto más le escuchamos y hablamos con Él. Cuando eso sucede comenzamos a ver el mundo desde una perspectiva diferente, desde los ojos de Dios. Así, las cosas que antes nos importaban o nos atormentaban, ya no serán más, ahora nos importan las cosas que le importan a Dios. Nuestras oraciones reflejarán cada vez más los intereses de Dios.

2º Se produce en nosotros un efecto purificador. Con el tiempo, a medida que hagamos de estas disciplinas un constante en nuestras vidas, éstas purificarán nuestra mente y cuerpo. Así, cada vez que oremos de corazón, leamos su Palabra, ayunemos y guardemos silencio ante Él nuestros pensamientos se alinearán a los pensamientos de Dios, y por ende nuestras áreas débiles serán fortalecidas, y seremos cambiados a la imagen de Dios.

3º Experimentamos una auténtica paz divina. Por medio de la práctica de las disciplinas espirituales recibiremos también una paz divina, aunque las circunstancias empeoren o no cambien (Isaías 26:3, Juan 14:27).

En síntesis, DIOS QUIERE HABLAR CONTIGO, ¿Y TÚ? NO HAY EXCUSA, NO HAY PRETEXTO, NO HAY JUSTIFICACIÓN. DIOS QUIERE QUE TENGAMOS COMUNIÓN CON ÉL Y NOS HA PROVISTO LOS MEDIOS PARA ESTO.


Bibliografía.

1. http://www.biblegateway.com
2. Revista RÁFAGAS, año 2007.
3. Nonini, Rogelio. Tarea Pastoral. Buenos Aires, Argentina. Distribuidora Alianza, 2004.
4. Stanley, Charles. http://www.encontacto.org

No hay comentarios: