lunes, 30 de agosto de 2010

REFLEXIONES SEMANALES: ¿CREES QUE ORAS LO SUFICIENTE?


La oración es la única vía para comunicarnos con el Padre, cómo responderíamos a la pregunta que nos plantea el texto de hoy?

Saludos y bendiciones

José Luis
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¿Crees que oras lo suficiente? 

Filipenses 4:6, 7


“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”


Una vida de oración efectiva siempre resulta en cambios en diferentes áreas, cuyos resultados son bendiciones para nosotros y para aquellos que nos rodean. El pasaje de hoy nos dice que cuando venimos delante de Dios en oración con un corazón agradecido, su paz inundará nuestras mentes y nuestros corazones, aunque muchas veces no podremos siquiera entender como es posible que la sintamos, existiendo aún circunstancias desfavorables a nuestro alrededor. Pero esta es una promesa de Dios que será una realidad cada vez que cumplamos con las condiciones establecidas por él.


A través de toda la Biblia vemos ejemplos de hombres y mujeres que llegaron a tener una íntima relación con Dios por medio de la oración. El profeta Isaías declaró: “Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte.” (Isaías 26:9). Era tan grande su anhelo de estar junto a Dios, que pasaba la noche deseando que fuera de madrugada para buscarle. David también se levantaba muy temprano a buscar el rostro de Dios en medio de difíciles pruebas. Mientras huía del rey Saúl y su ejército que le buscaban para matarlo, escondido en el desierto de Judá, David escribió el Salmo 63. Dice el versículo 1: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas.”


En el Nuevo Testamento vemos que el apóstol Pablo pasaba mucho tiempo orando, y en cada una de sus cartas exhortaba a la constante oración. En su primera carta a los Tesalonicenses dice: “Orad sin cesar.” (1 Tesalonicenses 5:17). En el pasaje de hoy, Pablo exhorta a los filipenses a orar. A los efesios les dice: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos." (Efesios 6:18). A los colosenses:“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias." (Colosenses 4:2). Y así el apóstol Pablo no desaprovechaba oportunidad para compartir sus experiencias producto de una vida de constante oración, que resultó en una íntima relación con Dios y una profunda entrega al servicio del Señor.


Jesús fue también un ejemplo de una vida dedicada a la oración. En muchos pasajes del Nuevo Testamento encontramos a Jesús orando, ya sea por la noche, o por la madrugada, o a cualquier hora del día. Por ejemplo, Marcos 1:35 dice que Jesús“levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.” Mateo 14:23 dice: “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo." Y así transcurrió su vida en la tierra, en constante comunicación con su Padre por medio de la oración. Y hasta sus últimos momentos fue la oración instrumento poderoso en su vida; en el jardín de Getsemaní oró tres veces en busca de fortaleza para la terrible prueba que le esperaba. Dice Mateo 26:39: “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.” Y dice la Biblia que Dios mandó un ángel para que le fortaleciera.


Todos estos hombres de Dios obtuvieron la victoria a pesar de pruebas y dificultades porque vivieron una vida dedicada a la oración. ¿Crees tú que oras lo suficiente cada día? ¿O crees que debes hacerte el propósito de orar más? Si es así, haz un compromiso con Dios ahora mismo de buscar un tiempo todos los días para orar y leer la Biblia. A la hora más conveniente para ti, ya sea por la mañana temprano, o por la noche antes de dormir, o al mediodía, o por la tarde. Es necesario hacer un esfuerzo, pues la carne se resiste a buscar a Dios, pero el espíritu está siempre dispuesto. 


ORACION: Padre amado, reconozco que he sido muy negligente en mi vida de oración. Te ruego me ayudes a buscar tu rostro en oración desde ahora en adelante cada día de mi vida. En el nombre de Jesús, Amén.

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